sábado, diciembre 06, 2008

Preguntas sin respuestas

Le pregunté a mi analista: ¿Por qué le gusta el psicoanálisis?. Por supuesto la respuesta, al igual que la de mi mujer, fue una sin respuesta.

Antes, durante y luego de hacerla, siempre me pareció una pregunta weona. Porque es una pregunta que uno sabe, más o menos, su respuesta; se sabe que es una pregunta que remite al origen, a la esencia de las cosas, es decir, la respuesta contiene algo que a todas luces es evidente, que refleja la elección de algo y la renuncia a otra. El ejercicio de hacer una pregunta a otro contiene, primero, la interrogación al mismo que la realiza. La insistencia de hacerla es por las ganas de remover en el otro algo propio, es querer confirmar la propia respuesta en el que se tienen al frente; es querer saber de dónde uno viene, es una pregunta para saber quién soy y a quién se tiene al frente, o al lado, o atrás (¡uyyy!), y saber o confirmar un origen más o menos común. Obviamente, los psicoanalistas saben eso y por eso no responden, porque el origen, lo común, es una ilusión que se construye en la imaginación.

La pregunta, esa que queremos hacer, pero que por temor a la ridiculez -por la fuerza de su obviedad- no la hacemos, esa pregunta weona, alude a una relación no sólo con el propio fantasma, también con el fantasma que habla de la impertinencia de ciertas preguntas; preguntar o decir, por ejemplo, cuánto dinero se gana - esa pregunta que sólo alguien con una estética excéntrica, desde lo kitsch, desde el exceso, podría venir a reinstalar - o preguntar por el gusto por la política (gusto para administrar la escasez), o por la existencia de personas pobres, etc. Preguntas nimias, inocentes, preguntas que en la infancia, desprovistos de criterios conservadores, hacíamos sin problemas: ¿Por qué esa tía tiene bigotes? ¿Mamá, por qué el cura Juan le toca las piernas a mis compañeros? ¿Por qué me trajeron a este mundo? ¿Por qué su papá le pega a mi primo?

Demasiado tiempo la Concertación nos ha acostumbrado a callar esas preguntas weonas - o a hacerlas en tono bien bajito -, por ejemplo, ¿por qué mierda defendieron a Pinochet cuando estuvo en Londres? ¿Por qué los empresarios aman a Lagos ? ¿Por qué si en el 89 se nos dijo que se iba a cambiar esta cuestión, seguimos en la misma? Entonces ¿Por qué esa pregunta que se hizo una vez, tenemos miedo a repetirla? ¿Por qué, pero realmente por qué, el guatón Francisco, que se cree tan hábil, siguen publicitariamente mendigando plata a todos y no se birla a los que tienen en demasía?

Olvidar la pregunta es en parte olvidar, también, que la respuesta puede ser construida. La amnesia puede llevarnos a hacer algo, con absoluta naturalidad, sin tener claro el sentido del porqué se hace lo que se hace. Eludir responder es "sacarle el cuerpo al bulto" y así evitar ser tocado por eso que es más propio que cualquier otra cosa: la verdad que todos quieren (y eso también lo saben los psicoanalistas), pero de la que nadie se quiere hacer cargo.

Los mitos en algún momentos respondieron a eventos verificables, en algún momento fueron historia hasta que los mismos historiadores los expulsaron de su categoría, de si nivel e importancia. La fuerza de la tradición y la costumbre, lo conservadoras que advienen en ciertos momentos las sociedades, logran instalar, nuevamente, como cuestiones naturales, los mitos y sus consecuencias (ritos). Todo ese movimiento realiza lo que luego es necesario, con mucha persuasión, desmentir: no es cierto que el viejo del saco te va a comer; no es cierto que los comunistas se comen a las guaguas, no es cierto que el Trauco existe, no es cierto que en Chile no se puede redistribuir. Sí es cierto que si sales solo a la calle te pueden atropellar, sí es cierto que los comunistas querían a las guaguas para hacer más comunistas, sí es cierto que el Trauco es el tremendo pico que les gusta a las mujeres y sí, es cierto que los coñetes empresarios no tienen la más mínima intención de redistribuir.

Demasiado tiempo (17 años) lejos del poder lograron que, para cuidarlo, dejaran o nos conminaran a dejar de hacer esas preguntas impertinentes y que podrían molestar a quienes dominaron a fuerza de cañón. Hoy el problema no es tanto que hayan dominado (mal que mal el tiempo ha curado las heridas), sino que su recuerdo reactualiza la posibilidad, como una amenaza, que puedan volver a hacerlo (y con ello hoy chantajea la Concertación). Tanto va el agua al cántaro que finalmente, un 10% de reajuste, la movilización pingüina y las futuras movilizaciones, todo ello es la expresión de muchos años de tener que callar esas preguntas weonas. El tema es, y paso el aviso para estar atentos y que no nos caguen de nuevo, que la instalación del mito es mucho más fácil que su desmontaje; te pueden cagar tu 10% de reajuste con soterrados mecanismos de desvalorización de la moneda.

Cuando queda alguna cagaa a nivel nacional, se nos hace ver la preocupación que debemos tener porque esos hechos deterioran la “imagen del país”; si nos movemos un poco, si protestamos, si paramos, si reclamamos, caemos en falta, nos hacen caer en falta. Esa es una estrategia: hacer caer en la falta y bueno, a continuación siéntanse culpable por la cagaa que se mandaron con la protesta ya que pudiese desequilibrar la macroeconomía. Tan pequeña es nuestra identidad y nuestra autoafirmación que más dependemos de los que otros nos digan que de lo que nosotros mismos podamos decir o autoafirmarnos. Pero no me la creo. Por el contrario (y activemos la paranoia), creo que es un cuento, como los mitos, que más que reflejar el miedo al que dirán los extranjeros, encubre un temor más cercano, el miedo a la derecha y sus poderes fácticos. Y creo que tal vez sería bueno que la derecha ganara de una vez por todas, no porque prefiera que la derecha gobierne (jamás), sino para desvirgar ese temor y convertirlo en un afán por ser más insolentes, más contestadores con los adultos, más de lo que siempre quisimos ser, más desmontadores de mitos, más como “El Clinic”.

Viva “El Clinic” 10 años más.



Próximamente, más preguntas weonas.

4 comentarios:

Alein@d dijo...

Retiro lo que le respondí en mi mundo caótico de lobo estepario..

Hay producción aquí..Dicen por allí que no hay preguntas web.. sino respuestas de ese tipo.., en todo caso buen tema para ir cerrando el año.

Alein@d dijo...

Hoy vi la película ELLA, por un mi uto pensè que moebius era un sistema operativo amable.

Alein@d dijo...

Breve minuto

Alein@d dijo...

Solo 11 días para una nueva vuelta al sol..
Así aparezco, desde las sombras mas ignoradas trato de hacerme visible en medio de tanta niebla. Me pregunto si aún hay tristeza en esos ojos.